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Canciones

martes, 20 de mayo de 2014

La Llamada

Durante la mañana, un día de Marzo, estábamos trabajando en Collsuspina en una torre de telecomunicaciones. Mi amigo David y yo habíamos cambiando una aparato de arriba de la torre, una torre que es bastante alta y donde el viento sopla con algo de fuerza. Habíamos tenido un día agotador  y recogimos los arneses. Estábamos introduciendo las cosas en el maletero, cuando una sensación en mi interior me decía que algo no iba bien, algo estaba ocurriendo y no sabía lo que era.
David cogió el volante del vehículo 4x4 y se puso a conducir a una velocidad de crucero a través del camino de tierra. Cuando estamos a punto de coger la carretera, dirección nuestro destino final, mi esencia empezó a preocuparse. Le comento a mi compañero que algo va mal, el me pregunta que ocurre, le comento es una sensación rara. Durante 55 minutos me quedo callado como una tumba, miro al celular, algo presiento, espero una llamada y no es nada buena. Cojo el teléfono y me lo quedo mirando con cara de preocupación, noto como él, empieza a vibrar y al momento sueña mi música rockera, el numero que sale no lo conozco pero es un teléfono móvil, descuelgo y mis orejas simplemente escuchan, no me lo puedo creer mi cara cada vez esta mas desencajada y sorprendida, solo escucho y al final de la conversación solo pido donde está, la voz me indica el lugar y rápidamente visualizo las calles y todo su contorno, lo conozco sobradamente porque cada fin de semana antes de ir a patinar o tomar el sol en mi arenal, transito delante del lugar; le comento que en media hora estoy allí, pregunto por su nombre y se queda todo grabado en mi memoria, se llama Carmen, me comenta que pregunte por ella que me darán paso. David se me queda mirando y sabe que algo ocurre así que empieza a correr a una velocidad más elevada pero dentro de los límites de la carretera. Cuelgo la llamada, le digo a David: “ahora te lo contare, pero tenemos ir a la esquina que te mencionare, ahora me pongo atrás, me tengo que cambiar y te lo explico todo.”

Salto al asiento de atrás, cojo rápidamente la bolsa de trabajo y a mi compañero le explico la situación, el, con una cara de sorpresa, me comenta que ira lo más rápido que pueda. Le digo que en la ciudad yo tomare el manejo del volante. Empiezo a sacar todo lo de la bolsa con gran rapidez, me saco la chaqueta y empiezo a ponerme los arneses con cuidado a la vez que me fijo que todo este correctamente bien puesto, me aprieto las tiras que aprietan las piernas por la parte superior, saco el doble anclaje y me lo sujeto a parte superior del pecho y sus dos pinzas me las coloco una a cada lado de les caderas, son sus puntos de sujeción, también agarro el sistema grillón , es un sistema que hace que puedas trabajar sin manos, si estas sujeto en algún punto de sujeción, es como un cinturón retráctil, abro el mosquetón del grillón y introduzco en punto de sujeción lateral y la otra punta donde también hay un mosquetón es introducido al punto de anclaje opuesto, es decir de cintura a cintura. David me comenta que también coja su doble anclaje y su grillón que lo voy a necesitar, le hago caso como un lince así que no me lo pienso dos veces, esta vez el doble anclaje su punto de sujeción, estará en la argolla de mi espalda y sus pinzas también irán a cada lado de la cadera, el sistema grillón lo agarro y me lo pongo de cintura hacia el cuello y bajando hacia el otro extremo de la cadera, toda esta operación no paro de realizarla con rapidez y con sumo cuidado, es mi protección, ante todo lo que se avecina primero es mi seguridad. Después abro la mochila roja donde saco los guantes de escalada con sus puntas de manoplas, me recojo las manoplas de los dedos hacia el velcro dejando mis dedos al descubierto para poder tener mejor sensibilidad en los dedos, son guantes de escalada donde puedes tener la opción de tener las puntas de los dedos al descubierto o no, visualizo mi gorro de alpaca de color naranja y me lo pongo en la cabeza pensante y nerviosa a la vez de angustiada.

Salto otra vez en la parte delantera del vehículo. No nos queda mucho para llegar a la entrada de la ciudad así que enciendo un cigarro. Le comento a David que coja la entrada correspondiente y en el primer semáforo hacemos el cambio de conductor, me dice que OK, conduce durante 5 minutos y allí está el primer semáforo, el baja del coche yo salto de lado a lado. Él sube por la otra puerta, enciendo las luces de emergencia, prendo las luces de cruce bajando los focos al mínimo es un todo terreno, no quiero deslumbrar, apago la música, pongo el asiento a mi medida a la vez que con la otra mano pongo el sistema 4x4 encendido, bajo algo la ventanilla. Mis oídos y mis ojos se agudizan, le doy al pie, cambio de marchas y salgo a una velocidad elevada pero vigilando todos los movimientos de los vehículos, cuando uno juega al ajedrez durante muchos años, desarrollar el espacio temporal de una manera innata. Puedo ver la circulación y todos los espacios vacíos, incluso los movimientos de los peatones, así conduzco pensando, concentrado y asustado.

Allí está el edificio en obras, ya lo puedo contemplar, tengo un semáforo en rojo, freno y voy pasando poco a poco para ver que no venga ningún vehículo y a la vez ningún peatón, me lo salto aprieto el pie conduzco atravesando calles y mas calles, allí está un policía dándome el alto, bajo la ventanilla, me ve adornado con todos esos objetos en mi cuerpo, le comento: tengo permiso para cruzar y llegar a pie de torre, me ha llamado Carmen la que está al mando de la situación, levanta la barrera y hace sonar su silbato avisando a todos a los bomberos policías y ambulancia, recorro unas 60 metros y paro el coche en seco sin que las ruedas le den tiempo a chirriar. Abro la puerta salto hacia fuera, David también sale y corre a mi lado, me dice que espere un momento y empieza a asegurar que todos los cierres estén bien cerrados, inspecciona todo el arnés y sus sistema de seguridad, me dice que todo está correcto, pongo las manos en los bolsillos y empiezo a sacar todos los objetos, también la cartera trasera, lanzo todo al asiento, solo cojo el paquete de tabaco un prendedor y el móvil nada más. Me olvido del casco así que abro la puerta trasera con un golpe de zarpa lo agarro, corro hacia base de la grúa de la construcción, mientras me pongo el casco durante la carrera, al llegar debajo de la base, Dios mío son 70 metros de altura.....

Continuara....  Con la Grúa


2 comentarios:

  1. Me parece precioso e intrigante, he leído varios relatos tuyos y la verdad que no dejas de sorprenderme. Sigue así y no pares de escribir porqué es difícil encontrarse con cosas tan bellas como tus palabras.

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